Psicóloga Vanesa Pérez Padilla

Grupo de personas dándose abrazos

La importancia del abrazo

El abrazo es una de las necesidades humanas más importantes en nuestra interacción con  los demás. Es una muestra de amor que indica afecto expresando lo que sentimos. Además, NECESITAMOS abrazar y ser abrazados; nos hace sentir bien, queridos.

¿Sabíais que, además, el abrazo es necesario para un correcto neurodesarrollo? No son pocas las investigaciones que han corroborado que la ausencia de contacto físico en la primera infancia, especialmente durante el primer año, tiene como consecuencias alteraciones físicas y emocionales.

Pensad en los recién nacidos y en la importancia que tiene el contacto con la madre, ese «piel con piel». No es para menos; la piel está repleta de receptores estimulares y consecuentemente produce sensaciones y emociones intensísimas.
 
Esa necesidad de sentir contacto físico se prolonga más allá de la infancia, y como adultos forma parte de nuestro desarollo emocional, de nuestro equilibrio. En relaciones de pareja, fraternales, entre amigos, con personas que nos agradan…
 
Y por supuesto, hacia nuestros mayores. ¡Cuánto necesitan esas muestras de afecto, más en estos tiempos tan complejos que nos ha traído la pandemia! Un abrazo de un nieto, de un hijo, de un profesional…puede cambiarles el día, e incluso la vida. Os invito a leer este artículo sobre «El juez de los abrazos«, una preciosa historia real sobre un juez que hizo del abrazo su razón de vivir…
 
En definitiva, los beneficios de los abrazos suponen enormes e impactan en nuestra salud física y mental de una manera que no nos podemos ni imaginar:
 
A nivel fisiológico

Cuando recibimos un  abrazo nuestro sistema inmunológico se activa y favorece la producción de glóbulos blancos, responsables de combatir enfermedades, mejorando nuestras defensas. Se estimula además el mecanismo para reducir la frecuencia cardíaca y nuestra presión arterial. Vamos, que nuestra salud cardiovascular mejora.
 
A nivel psicológico

Mejora nuestro estado de ánimo, ese es uno de los mayores beneficios. A través del contacto físico se estimula la liberación de dopamina y serotonina, responsables de la sensación de calma y tranquilidad,  al tiempo que se reduce la producción de cortisol, causante del estrés y la ansiedad. Por otro lado liberamos oxitocina que una hormona que, entre otras cosas, promueve el apego y proporciona la sensación de protección.  
 
Retrasa el envejecimiento

Al abrazar se lleva a cabo un proceso de transportación del oxígeno a los tejidos; gracias a ello se prolonga la vida de las células y así se retrasa el envejecimiento. 
 
Ayuda a aliviar el dolor

Al abrazar o ser abrazado, tu cuerpo libera endorfinas que bloquean los sensores del dolor, aliviando la sensación dolorosa.
 
Por otro lado, ¿qué sucede cuando no abrazamos nada? Que se puede desarrollar una carencia afectiva, lo que repercute -negativamente, por supuesto – en, por ejemplo, el desarrollo de una conducta ansiosa a la hora de comer, un consumo excesivo de alcohol o el hábito de fumar con todo lo que eso conlleva.
 
Los estudios nos dicen que nos solemos abrazar durante una media de 3 segundos aproximadamente pero que para obtener estos beneficios debemos alargarlo hasta los 20 segundos o más. Y si ya, damos como mínimo seis abrazos al día podemos experimentar un bienestar prolongado y un estado de ánimo muchísimo mejor.
 
Y tú, ¿abrazas y dejas que te abracen?

 

3 comentarios en “La importancia del abrazo”

  1. Pingback: "El juez de los abrazos". Cuando un abrazo cambia una vida - ¿Y de verdad tienes tres?

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