Ante una situación de crisis como puede ser el diagnóstico de enfermedad o discapacidad de un hijo, trastorno o condición, es normal que otras emociones nos absorban y quizás dejemos de reír tanto como antes e incluso que se convierta algo anecdótico.
A lo largo de la historia son muchas las disciplinas, como la filosofía, la psicología o la medicina, las que han tratado de analizar el significado y las propiedades de la risa y el sentido del humor. También aplicados a los cuidados de otras personas, y en ese papel entramos los padres de personas con grandes necesidades de apoyos, con o sin alguna afectación o condición, pero influyendo de manera muy particular en la actitud de los últimos.
Y es que el humor tiene múltiples beneficios no solo relacionados con el estado de ánimo, veréis:
- Alivia el dolor. La liberación de endorfinas que produce la risa no solo estimula el centro de placer, sino que hace de analgésico natural, minimizando por un rato el dolor físico.
- Reduce el estrés y la ansiedad. El estrés y la ansiedad son respuestas fisiológicas habituales en nuestra vida diaria. Al reir se ha demostrado que los niveles de cortisol disminuyen notablemente, reduciendo el estrés y mejorando nuestro bienestar.
- Nos llena de fuerza, nos ayuda a mejorar el rendimiento de nuestras actividades.
- Fortalece el corazón y reduce la tensión arterial, reduciendo el riesgo de problemas cardiovasculares. Cada vez que reímos nuestros vasos sanguíneos se dilatan y contraen al ritmo de la carcajada.
- Beneficia el sistema respiratorio. Cada vez que reímos a carcajada limpia nuestros pulmones se llenan de aire y se vacían por completo, ayudándonos a regular la respiración; el diafragma vibra mediante contracciones por lo que se oxigena mejor.
- Mejora el sistema muscular. Aumenta la flexión muscular y tonifica.
- Mejora el sistema digestivo. Las paredes abdominales se tensan se distienden espasmódicamente, estos movimientos se propagan de manera que repercuten como masaje que ayuda a facilitar la digestión.
- Mejora la calidad del sueño. Al reírnos descargamos una enorme cantidad de energía, lo que se traduce en un mejor descanso físico e intelectual. Combate el insomnio al producir una fatiga sana.
- Refuerza el sistema inmunitario, protegiendo nuestro cuerpo ante diferentes problemas de salud. La risa ayuda creando anticuerpos.
- Mejora la comunicación las relaciones interpersonales. Reír nos hace más atractivos, nos ayuda a socializar más fácilmente y refuerza nuestros lazos con amigos y familiares.
Debemos integrar el sentido del humor y la risa en nuestra vida, en todas nuestras actividades cotidianas: trabajo, casa, familia, en nuestro rol como cuidadores, en nuestras relaciones sociales, etc.
¿Y cómo lo hacemos?
Pues comenzando por encontrar momentos de distensión por ejemplo mediante la realización de actividades de ocio, de manera individual o compartidas, que sean reforzadoras y mejoren nuestro ánimo, dejándonos en una mejor disposición para reír.
Desde pasar tiempo con aquellos que queremos, con esas personas vitamina, que nos recargan; practicando algún deporte o haciendo alguna actividad física como caminar; ver series que nos animen y nos saquen una sonrisa aunque sea tímida; lecturas que nos entretengan…
Encontrar eso que nos llena de energía, que nos hace desconectar, relajarnos para poder ser más receptivos.
¿Cuántas veces ríes al día? ¿Te has parado a pensarlo? ¿Qué importancia tiene el humor en tú día a día?
(Imagen de Xavier Mouton)